9/6/08

Nan Kempner, el chic americano


"Nan Kempner, en mi opinión, siempre representó a la mujer moderna, libre, independiente y elegante. Probablemente sea la mujer que mejor vistió mi ropa, con la que compartí la más larga y mayor complicidad. Ella fue la plus chic du mondeYves Saint Laurent

Tras una semana marcada por la muerte de modisto francés y leer este domingo un artículo de Carmen Rigalt en el que nombraba a este gran dama de la sociedad americana he decidido conocer un poco más a esta mujer única.

La pasión que Nan Kempner sintió por la moda fue algo natural, y es que ella estaba destinada a ser coleccionista de ropa. Nació en una opulenta familia de San Francisco en la que, siendo hija única, ya representaba la tercera generación de clientes de alta costura de su familia. Su primer vestido de alta costura fue un Christian Dior que su madre le compró a los 19 años cuando Yves Saint Laurent estaba al frente de la firma. Nan se casó en los años 50 con Tommy Kempner, joven heredero de una enorme fortuna, con quien tuvo 3 hijos. Tras un corto periodo viviendo en Londres el matrimonio se traslado a New York. La estrella Nan pronto empezaría a brillar. Trabajó para la editora de el Vogue francés, como editora de moda para Harper's Bazaar y como consultora de diseño en Tiffany's & Co. Junto con el dinero de su marido amasó una enorme fortuna, lo cual significaba mucho dinero para vestidos, joyas y complementos de las grandes casas: Valentino, Ungaro, Chanel y, sobre todo, Yves Saint Laurent, de quien se convirtió en musa en Estados Unidos. Desde 1961 hasta su muerte en 2005, Nan Kempner nunca faltó a ninguna de sus presentaciones. Su estilo y elegancia no pasaron inadvertidos y pronto se convirtió en líder de la vida social norteamericana. La legendaria editora de Vogue America, Diana Vreeland, dijo que "no hay mujeres chic en América, Nan Kempner es la excepción".
Una de sus mejores amigas, Loulou de la Falaise, la recordaba así, “Nan siempre dijo que la mejor parte de una fiesta era vestirse. Una vez me contó que dictando una charla en una escuela de moda, uno de los estudiantes le preguntó qué hacía que una prenda fuese de alta costura en lugar de prêt-à-porter de lujo. Sin perder tiempo se quitó su falda YSL, la arrojó al público y le pidió que la examinara. A ella nunca le importó mucho mostrarse como era”.

Era increíblemente esbelta (medía 1,65 metros y pesaba 50 kilos) y se convirtió en la inspiración del escritor Tom Wolfe para crear el término “social x ray”, que describía a las esqueléticas damas de la alta sociedad del Upper East Side de New York, en su novela Vanity Fair. Los miembros de la alta sociedad neoyorquina siempre querían estar en la lista de invitados de las cenas que daba en su dúplex de 16 habitaciones de Park Avenue porque entre sus invitados se encontraba la flor y nata de las celebrities mundiales. Nunca prestaba su ropa, a nadie le servía ya que ella era muy delgada. Nan podía ponerse una pieza de colección antes de que ésta llegase a las tiendas. Para ella los viajes a París eran frecuentes y sagrados, su verdadera vocación y trabajo. "Una noche mientras compartíamos unas copas en una suite del hotel Crillon de París alguien llamó a la puerta. Cuando vi la caja era enorme. Ella tranquilamente dijo: "Finalmente, llegaron mi blusa y mi falda. El nuevo conjunto ocupó todo un armario del hotel Crillon¨ contó Paul Wilmot, amigo de Nan.

Contaba Nan Kemper que en el Club Savoy de Londres no dejaban entrar en los 60’s a las mujeres vestidas con pantalón, pero ella fue capaz de quitarse una vez el pantalón de un smoking para que la dejaran entrar a cenar con su marido llevando simplemente la chaqueta.

Murió a los 74 años de edad. Desde entonces muchos han sido los homenajes y exposiciones en museos como el MOMA, en donde han estado expuestos vestidos de alta costura que ella coleccionaba. Su recuerdo permanecerá como el de gran una dama que fue capaz de interpretar perfectamente el chic francés en la sociedad americana.


1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que nunca había oído hablar de esta mujer pero parece que su vida fue de lo más interesante.

Un saludo

J. Suárez